Así era la estrella del surf Tamayo Perry: devoto cristiano, fiel lector de la Biblia y un estilo de la vieja escuela

La tragedia ha golpeado con fuerza en Hawái y en el mundo del surf: el legendario surfista Tamayo Perry falleció este domingo a los 49 años tras ser atacado por un tiburón mientras surfeaba en la playa de Malaekahana, en la isla de Oahu.

Nacido en 1975 en esa misma isla, Perry se enamoró del surf con tan solo 12 años, y muy pronto empezó a destacar, lo que le hizo ganarse fama de joven promesa en ciernes. Actualmente, y desde 2016, trabajaba como socorrista de la agencia de Seguridad Oceánica de Honolulu, y aprovechaba sus descansos para meterse en el agua a coger olas.

Según recoge The Independant, a los 22 años, el hawaiano tenía «un estilo de tuberiding que combinaba rasgos de Gerry Lopez y Tom Carroll, sus dos surfistas favoritos de la vieja escuela de Pipeline». Con 24, se coronó con una victoria en el Pipeline Master y, desde entonces, compitió de manera esporádica hasta convertirse en alguien reconocido a nivel internacional.

«Es un surfista profesional conocido en todo el mundo», ha asegurado este lunes Kurt Lager, director de Seguridad Oceánica de Honolulu. «Tamayo era un hombre legendario del agua, y muy respetado», ha añadido, considerando su muerte «una pérdida trágica».

Un cristiano devoto y su faceta como actor

Además de dedicar toda su vida al mar y al surf, Tamayo Perry era un cristiano devoto. Sin ir más lejos, cuando en una entrevista le preguntaron por sus últimas lecturas, el hawaiano citó la Biblia y El fin: 50 razones por las que Jesucristo podría regresar antes del año 2000, tal y como recoge la revista Surfer.

El legendario surfista también tuvo tiempo de probar suerte en el cine: apareció en Piratas del Caribe: En mareas misteriosas (2011), donde encarnó a uno de los integrantes de la tripulación del buque del pirata Barbanegra, así como en otras películas como En el filo de las olas (2002), o en series como Hawaii 5.0 o Lost.