Carlos Alcaraz entrena a alta intensidad, aún con un vendaje en el brazo, antes de viajar a Roland Garros
Carlos Alcaraz cumplió este martes su última sesión de entrenamiento en Murcia antes de poner rumbo a Roland Garros en una sesión en la que demostró el buen ritmo de juego desplegado estos días. Las sensaciones tranquilizan, no tanto la presencia de esa ‘manga’ protectora en su brazo derecho por esa lesión que le ha hecho perderse algunos de sus torneos favoritos de la gira de tierra… Debutará en París la semana que viene.
Monte-Carlo, Barcelona y Roma conforman la lista de torneos de tierra batida en los que no ha hecho acto de presencia este año Alcaraz. Solo jugó Madrid y lo hizo con algunos problemas físicos, problemas persistentes que atemorizan a sus seguidores de cara a las duras batallas que depara el segundo torneo de Grand Slam del año.
El murciano no ha tenido fortuna en las últimas semanas y quiere volver a la competición por todo lo alto. Tras renunciar a Roma, viajó hasta Murcia para recuperarse y trabajar en casa en su vuelta a las pistas de arcilla.
Allí, el ritmo de pelota ha crecido en los últimos días, tanto que su intensidad incluso sorprende en un vídeo difundido este martes. Es de su última sesión antes de llegar a las pistas, donde ya entrenan algunos de sus potenciales rivales, entre ellos Rafa Nadal.
🔥 Último entrenamiento de Carlos Alcaraz en España antes de viajar a París mañana. pic.twitter.com/qFjymp5BGR
— Germán R. Abril (@gerebit0) May 21, 2024
Eso sí, aún mantiene el vendaje en su mano derecha que recuerda los problemas sufridos en su antebrazo. Quizás sea una medida de mera precaución, eso espera un entorno que sueña con una gran gesta del tenista de El Palmar en la Philippe Chatrier con la que desquitarse de la falta de continuidad y de títulos de las últimas semanas.
El año pasado llegó hasta semifinales, donde fue eliminado por Djokovic en un primer gran enfrentamiento ante el serbio marcado por los calambres del español. Luego se tomaría la revancha en la final del Wimbledon, pero ello no quitó la sensación de que Alcaraz podría haber hecho algo grande en París de no haber sufrido esa dolencia.
Su turno para demostrar la pasta de la que está hecho llega a partir de la semana que viene, cuando una vez definidos los cuadros, conozca el recorrido que le espera.