Por Iván Acosta
Hola, ¿qué tal?
El legendario actor estadounidense Gene Hackman, ganador del Óscar por French Connection y Sin perdón, y su esposa, Betsy Arakawa, fueron hallados muertos en su domicilio en Nuevo México, en circunstancias que la policía describió como «sospechosas».
Las autoridades dijeron inicialmente que no había indicios de un crimen, pero una orden de registro a la que tuvo acceso el medio especializado TMZ indica que un detective considera que las muertes son «de naturaleza lo suficientemente sospechosa como para requerir una búsqueda y una investigación exhaustivas».
Según el documento citado por TMZ, aparentemente Arakawa llevaba muerta «hace algún tiempo» y su cuerpo estaba en descomposición, mientras que Hackman fue encontrado en otra habitación, completamente vestido y con unos lentes de sol cerca de él.
Uno de los trabajadores de la pareja, quien dio aviso de las muertes, encontró la puerta del domicilio abierta y pastillas esparcidas alrededor del cuerpo de Arakawa en un baño. Además, tenía un radiador cerca de su cabeza.
Elizabeth Jean, hija de Hackman, dijo a TMZ que podrían haber sufrido un envenenamiento con monóxido de carbono, pero la orden de registro indica que no se identificó «ninguna fuga de gas».
El sheriff del condado de Santa Fe, Adan Mendoza, no informó las causas de los decesos. Sin embargo, dos perros fueron encontrados vivos y en buenas condiciones.
Hackman ganó su primer Óscar por su interpretación del irascible y brutal detective neoyorquino Jimmy «Popeye» Doyle en French Connection (1971), dirigida por William Friedkin.
Su segunda estatuilla la obtuvo dos décadas después por su interpretación del sheriff «Little Bill» Daggett en Sin perdón (1992), de Clint Eastwood.
Francis Ford Coppola, quien lo dirigió en Conversación secreta (1974), lo describió este jueves como «un gran artista», «inspirador» y «magnífico en su trabajo y complejidad».
«Intenso e instintivo. Nunca una nota falsa», expresó el actor y director Clint Eastwood en un comunicado publicado en la revista Variety.
«También era un querido amigo que extrañaremos mucho», agregó Eastwood, quien lo dirigió en Sin perdón.
En cinco décadas de carrera, Hackman actuó en al menos 80 películas y fue nominado al Óscar en otras tres ocasiones.
Hackman nació el 30 de enero de 1930 en Illinois, durante la Gran Depresión. Provenía de una familia disfuncional: su padre lo abandonó cuando tenía 13 años y su madre falleció en un incendio.
También vivió un periodo difícil en la Marina de los Estados Unidos, a la que se unió a los 16 años mintiendo sobre su edad.
El actor utilizaría luego su turbulenta historia personal para dar vida a sus personajes.
«Las familias disfuncionales han engendrado una cantidad de muy buenos actores», admitió Hackman en una entrevista con The Guardian en 2002.
Hackman debutó en la actuación relativamente tarde y solo logró llamar la atención después de los 30 años.
Tras su inscripción en el Pasadena Playhouse en California, a finales de los años cincuenta, una leyenda de Hollywood relató que él y su entonces compañero de estudios Dustin Hoffman fueron votados como los estudiantes con «menor probabilidad de alcanzar el éxito».
Sin la bendición del atractivo físico, Hackman se valió de su talento y versatilidad, asumiendo una serie de papeles desafiantes y ofreciendo interpretaciones profundas.
«Yo quería actuar, pero estaba convencido de que los actores debían ser apuestos. Eso venía de los días en que Errol Flynn era mi ídolo. Salía de un teatro y me asustaba al mirarme en un espejo porque no me parecía a Flynn», confesó Hackman en una ocasión.
En 1964 fue contratado en Broadway para la obra Any Wednesday, lo que lo llevaría a un pequeño papel en la película Lilith, protagonizada por Warren Beatty.
Algunos años después, Beatty hacía audiciones para la cinta Bonnie and Clyde y eligió a Hackman para interpretar al hermano de Clyde, Buck Barrow, un papel que lo encaminó definitivamente hacia el estrellato.
Continuó trabajando más allá de sus 70 años, protagonizando The Heist y The Royal Tenenbaums en 2001. Este último papel le valió su tercer Globo de Oro, antes de anunciar su retiro en 2008.
«De verdad, emocionalmente, me cuesta mucho verme en una pantalla», declaró el actor. «Pienso en mí mismo como alguien muy joven, y luego veo a este anciano con papada y ojos cansados, entradas y todo eso».
Hasta la próxima, amigos.