El himno franquista se cuela en la presentación de los Barcelona Dragons de fútbol americano en Suiza
Un grave error ha convertido en tendencia a los Barcelona Dragons, equipo español de fútbol americano, después de que la European League of Football (ELFO) confundiera la versión del himno español actual con la antigua versión con letra popularizada durante la época franquista.
Ocurrió este sábado en Suiza, en la habitual presentación de los equipos que se realiza antes de los partidos en muchas competiciones deportivas. En esta ocasión, los Barcelona Dragons eran visitantes ante los Helvetic Mercenaries, en cuyo campo sonó a todo volumen el ‘himno franquista’.
Cabe destacar la reincidencia señalada por algunos de los seguidores de la competición que comentaron el flagrante error en redes sociales. Tal y como indican varios de ellos, no es habitual que se reproduzca el himno de España en la competición, pero en esta ocasión el garrafal error ha provocado la difusión de la versión anterior.
Como es sabido, el denominado popularmente como ‘himno franquista’, fue un encargo realizado en una etapa previa, durante la dictadura de Primo de Rivera. Después, con ciertas modificaciones, se reutilizó de alguna manera en la época de la Guerra Civil y la dictadura franquista, aunque nunca fue reconocido como himno oficial de España durante esa etapa.
You are a real SHAME @ELF_Official @HelveticGuards #HelveticMercenaries 🤮🤮 pic.twitter.com/Dl2iVlzizV
— Christian Llitjós (@Llitjos1) May 25, 2024
Una confusión… ‘habitual’
No es la primera vez que, en un evento deportivo con españoles participantes, suena el ‘himno franquista’. Recientemente le ocurrió a deportistas como la conocida jugadora de bádminton Carolina Marín, al boxeador Martín Molina o al mismo Alberto Contador en su época de triunfos en el ciclismo.
Por otro lado, el ‘himno franquista’ no ha sido el único que se ha colado en una ceremonia deportiva. Ejemplo de ello fue, sin ir más lejos, la interpretación del himno de Riego que se coló en la previa de la Copa Davis en Australia en 2003, un fallo que provocó un verdadero lío diplomático en las pistas de tenis.