Por Iván Acosta
Hola, ¿qué tal?
Los pasajeros subían al asiento trasero del automóvil de Juan Carlos «J.C.» Escarra, algunos comentando sobre el lujoso interior de su Lexus negro mientras recorrían diversos destinos en el área metropolitana de Miami. Transportados a aeropuertos, edificios y otros lugares, ninguno se percató de que su conductor era un pelotero.
Llevar pasajeros ayudó a Escarra a pagar todas sus facturas durante una difícil encrucijada en su carrera, un período en el que se negó a renunciar a su sueño de llegar a las Grandes Ligas. Escarra mantenía con orgullo una calificación de cinco estrellas en su perfil de Uber y ahora está recibiendo las mismas calificaciones mientras compite por un puesto en el roster de los Yankees para el Día Inaugural.
«Estaba recién casado y acababa de comprar un apartamento con mi esposa [Jocelyn]», explicó Escarra, de 29 años, al sitio de los Yankees en MLB.com. «Entonces, tenía una hipoteca que pagar y una esposa que mantener. Tenía que ganar dinero de alguna manera y no quería que nos quitaran nuestro hogar. Sabía que debía hacer esos pagos, así que hice lo que fuera necesario».
Escarra, quien fue elegido por los Orioles en la 15.ª ronda del Draft de 2017, era un primera base zurdo que llegó hasta Triple-A Norfolk, pero la directiva de Baltimore aparentemente lo veía solo como un jugador organizacional, utilizado para brindar profundidad. En abril de 2022, los Orioles lo dieron de baja, dejándolo en un camino lleno de obstáculos dentro del béisbol profesional.
El mismo día en que fue dejado en libertad, Escarra le suplicó a un coordinador de receptores que lo observara lanzar a la segunda base, recordándole que en la Universidad Internacional de la Florida solía ser cátcher. «Me llamaban ‘el Cañón de Hialeah'», declaró Escarra. Aunque esa exhibición no le permitió continuar con Baltimore, había encontrado un camino a seguir.
«Casi me doy por vencido»
«Casi me iba a rendir», reconoció Escarra. «No me estaba acercando a mi meta, pero en mi corazón sabía que todavía debía intentarlo».
Al día siguiente, firmó con los Monarcas de Kansas City en una liga independiente. Luego, tuvo un buen desempeño con los Leones de Ponce en la liga invernal de Puerto Rico. Aunque no tenía mucha experiencia detrás del plato y necesitaba mejorar, mostró suficiente potencial.
Los Rangers poseían sus derechos en la liga independiente, pero decidieron no pagar los 15.000 dólares necesarios para integrarlo a su organización.
«Me dijeron: ‘Mira J.C., nos encantaría darte un lugar en Ligas Menores, pero podríamos simplemente firmar a otro receptor agente libre para ocupar el mismo puesto'», recordó Escarra. «Entonces, tuve cuatro meses en los que debía seguir intentando o ponerle fin. Mi esposa me dijo: ‘Con tal de que podamos pagar esta hipoteca, estaremos bien’. Ella es maestra, y de alguna manera saldríamos adelante».
Fue entonces cuando Escarra comenzó a trabajar duro, enfrentando el tráfico de Miami en su Lexus alquilado. Apenas llegó a ganar lo que esperaba; después de registrar 15 o 20 viajes, se dio cuenta de que necesitaba esforzarse aún más para evitar a los cobradores.
«Al final, no gané mucho. No sé cómo lo hacen esos muchachos», reconoció Escarra. «Estaba desperdiciando dinero, mucha gasolina. La gente no deja propina. Los pasajeros estaban contentos con los viajes, jamás recibí una queja, [llevé a] muchas ancianitas que no conducen a sus citas médicas y cosas por el estilo».
Escarra continuó conduciendo varias veces por semana, transportando pasajeros al Aeropuerto Internacional de Miami. Poco después, también comenzó a trabajar como maestro sustituto, repartidor de comida, obrero y entrenador de béisbol infantil. En total, calcula que ganó entre 3.000 y 4.000 dólares por mes.
«Estábamos viviendo apenas para pagar las cuentas, pero lo logramos», indicó el cátcher. «No conducía por la noche ni los fines de semana; tal vez ahí se gane mejor».
De las ligas independientes a los Yankees
Las oportunidades en el béisbol siguieron con los Honey Hunters de Gastonia (Carolina del Norte) en la liga independiente, en la Liga Mexicana de Béisbol y en Puerto Rico, bien lejos del Yankee Stadium. Sin embargo, bateó bien, demostró un buen desempeño en la receptoría y llamó la atención del departamento de evaluación profesional de los Bombarderos del Bronx.
En enero de 2024, la organización de los Yankees le ofreció un contrato de liga menor.
Inicialmente, estaba como el tercer receptor por debajo de Ben Rice y el dominicano Agustín Ramírez en Doble-A, pero terminó la temporada con Triple-A Scranton/Wilkes-Barre, donde registró una línea ofensiva de .302/.403/.527 en 52 partidos. Luego, ganó un título de bateo en la Liga Dominicana, lo que le valió un puesto en el roster de 40 jugadores de los Yankees.
«Verlo al final del año comparado con lo que vimos al principio fue increíble», señaló Shelley Duncan, su dirigente en Triple-A. «Se vio fantástico en ambos aspectos del juego, con mucha energía detrás del plato y trabajó muy bien con los lanzadores. Estaba verdaderamente en sintonía con el plan de juego y forjando relaciones con los lanzadores.
«Su desarrollo fue increíble, y lo llevó a la Liga Dominicana este invierno, donde ves brazos bastante buenos. Estoy muy entusiasmado por el muchacho».
Aaron Gershenfeld, coordinador defensivo de los Yankees, dijo a NJ Advance Media que las métricas defensivas internas del club perfilaban a Escarra como su principal receptor en Triple-A y un cátcher en el percentil 98 de las Ligas Menores.
Hasta la próxima, amigos.
