La dura confesión de Danilo durante su etapa en el Real Madrid: "Sufrí depresión, me sentía inútil"

Danilo Luiz da Silva, defensa que actualmente milita en la Juventus de Turín, ha reconocido durante una entrevista el mal momento anímico que atravesó cuando firmó por el Real Madrid en el año 2015. El brasileño aseguró que sufrió «depresión» y que su «pasión por el fútbol» había desaparecido por completo.

«Durante esa primera temporada sufrí una depresión. Estaba perdido, me sentía inútil, en el campo no podía hacer un pase de más de 5 metros, era como si no pudiera moverme. Mi pasión por el fútbol desapareció y no veía una salida. Quería volver a casa y no volver a jugar nunca más», añadió Danilo en The Player’s Tribune.

El jugador nacido en Bilas (Brasil), tras el acuerdo alcanzado (31 millones de euros) entre Real Madrid y Oporto, se convirtió en el defensa más caro en la historia del club blanco. Esta etiqueta, sin embargo, le impidió que rindiese a un gran nivel y su primera temporada en LaLiga fue decepcionante: tan solo sumó 31 partidos y nunca llegó a asentarse en la banda derecha del Santiago Bernabéu.

«No me veía como Baianinho (nombre de su padre). Me veía a mí mismo como Danilo, el que había firmado por 31 millones de euros, como informaron todos los periódicos. El defensa más caro que el Real Madrid había comprado», afirmó el carioca.

El momento donde tocó fondo

Durante la temporada 2016-2017, un año después de su llegada a la capital de España, Danilo tocó fondo. El encuentro entre el Alavés y el Real Madrid disputado en Mendizorroza (venció el club blanco por 1-4) marcó al brasileño por completo. «Theo me robó un balón y Deyverson anotó. Ganamos 4-1, pero un error así no se puede cometer en el Madrid. Nunca olvidaré esa noche, no pude dormir. Escribí en mi cuaderno que era la hora de dejar el fútbol. Tenía 24 años», añadió

Asimismo, el defensor aseguró que no le contó a «nadie lo que estaba sintiendo» en aquel momento: «Casemiro intentó ayudarme, pero me tragué la rana solo. Se hizo todo cada vez más grande. Comencé a ir a un psicólogo y me salvó mi carrera. La lección más importante que me enseñó fue volver a ver el juego a través de los ojos de un niño».