Por Iván Acosta
Hola, ¿qué tal?
El asteroide que podría arrasar una ciudad tiene ahora un 3,1% de probabilidades de chocar contra la Tierra en 2032, según datos de la NASA publicados este martes. Esto lo convierte en la roca espacial más amenazante jamás registrada por las previsiones modernas.
A pesar del aumento de las probabilidades, los expertos aseguran que no hay motivo para alarmarse. La comunidad astronómica mundial sigue de cerca la situación, y el telescopio espacial James Webb se dispone a fijar su mirada en el objeto, conocido como 2024 YR4, el próximo mes.
Bruce Betts, científico jefe de la Sociedad Planetaria, una organización sin ánimo de lucro, declaró a la AFP:
«No tengo pánico».
«Naturalmente, cuando ves que los porcentajes aumentan, no te sientes bien», añadió. Sin embargo, explicó que a medida que los astrónomos recopilen más datos, la probabilidad aumentará antes de caer rápidamente a cero.
Un asteroide vigilado de cerca
2024 YR4 fue detectado por primera vez el 27 de diciembre del año pasado por el Observatorio El Sauce, en Chile.
Los astrónomos estiman que tiene entre 40 y 90 metros de ancho, basándose en su brillo. El análisis de sus señales luminosas sugiere que tiene una composición bastante típica, en lugar de ser un asteroide raro rico en metales.
La Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), una colaboración mundial de defensa planetaria, emitió un memorando de alerta el 29 de enero, después de que la probabilidad de impacto superara el 1%. Desde entonces, la cifra ha fluctuado, pero sigue tendiendo al alza.
Los últimos cálculos de la NASA estiman una probabilidad de impacto del 3,1%, con una fecha potencial de impacto en la Tierra el 22 de diciembre de 2032.
Esto equivale a una probabilidad de 1 entre 32, aproximadamente lo mismo que acertar el resultado de cinco lanzamientos consecutivos de una moneda.
La última vez que un asteroide de más de 30 metros planteó un riesgo tan significativo fue Apofis, en 2004, cuando llegó a tener un 2,7% de probabilidades de impactar contra la Tierra en 2029, una posibilidad que posteriormente fue descartada tras nuevas observaciones.
Superar ese umbral es «histórico», afirmó Richard Moissl, jefe de la oficina de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea, quien sitúa el riesgo ligeramente por debajo, en 2,8%.
«Es un acontecimiento muy, muy raro», dijo Moissl a la AFP. Sin embargo, agregó:
«Esto no es una crisis en este momento. No es el asesino de los dinosaurios. No es el asesino del planeta. Esto es, como mucho, peligroso para una ciudad».
¿Qué impacto podría tener?
El asteroide 2024 YR4 es actualmente el único objeto conocido con probabilidades de impacto en la Tierra.
Los datos del telescopio Webb, el observatorio espacial más potente, serán clave para comprender mejor su trayectoria, explicó Betts, de la Sociedad Planetaria.
«Webb es capaz de ver cosas que son muy, muy tenues», dijo, lo cual es fundamental, ya que la órbita del asteroide lo está llevando actualmente hacia Júpiter, y su próximo acercamiento a la Tierra no será hasta 2028.
A diferencia del asteroide de 10 kilómetros de ancho que aniquiló a los dinosaurios hace 66 millones de años, el 2024 YR4 está clasificado como un «asesino de ciudades». No se trata de una catástrofe global, pero sí podría causar una destrucción significativa.
Su potencial de devastación no se debe tanto a su tamaño como a su velocidad, que podría alcanzar 65.000 kilómetros por hora en caso de impacto.
Si ingresara en la atmósfera terrestre, lo más probable es que se produjera una explosión aérea, es decir, que explotaría en el cielo con una fuerza estimada en ocho megatones de TNT, más de 500 veces la potencia de la bomba atómica de Hiroshima.
Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que genere un cráter de impacto si su tamaño se aproxima al extremo superior de las estimaciones, indicó Betts.
Si impactara, los posibles lugares de colisión incluyen:
- Este del Océano Pacífico
- Norte de Sudamérica
- Océano Atlántico
- Norte de África
- Mar Arábigo
- Sur de Asia
Estos datos fueron proporcionados en un informe de la IAWN.
¿Qué se puede hacer?
La buena noticia, subrayan los expertos, es que hay tiempo suficiente para prepararse.
En caso de ser necesario, podrían enviarse naves espaciales para desviar el asteroide, utilizando tecnología que ya ha sido probada con éxito en la misión DART 2022 de la NASA, la cual logró modificar la trayectoria de un asteroide no amenazador.
Hasta la próxima, amigos.