Lavrov tras hablar con Blinken: «Insistiremos en una explicación honesta de por qué Occidente no quiere cumplir sus obligaciones»

El canciller ruso también dijo que EE.UU. tiende a centrarse en «asuntos importantes pero secundarios» a la hora de debatir los asuntos de seguridad.

Tras su conversación telefónica con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que Rusia da por concluida la coordinación a nivel internacional de su postura hacia las respuestas de EE.UU. sobre las garantías de seguridad formuladas por Moscú.

«Insistiremos en una conversación honesta y en una explicación honesta de por qué Occidente no quiere cumplir sus obligaciones o quiere cumplirlas selectivamente y exclusivamente a su favor«, dijo Lavrov. El canciller ruso también dijo que EE.UU. tiende a centrarse en «asuntos importantes pero secundarios» a la hora de debatir los asuntos de seguridad.

Indivisibilidad de la seguridad

En este contexto, el ministro ruso de Exteriores subrayó que a Moscú le preocupa la postura de ciertos países de la OTAN en relación a la indivisibilidad de la seguridad, uno de los principios de seguridad colectiva consagrados en el marco de las cumbres de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en 1999, en Estambul, y en 2010, en Nursultán (entonces Astaná).

Dicho principio estipula que la libertad de elegir alianzas queda limitada por la necesidad de evitar que algunos países fomenten su seguridad a costa de la seguridad de los demás.

No obstante, según el ministro ruso, algunos países, entre ellos Francia, insisten en la necesidad de brindar las garantías de la seguridad basándose en los documentos que precedieron a la firma de la Carta de Estambul y a la Declaración de Astaná, en particular, los documentos de la cumbre de la OSCE de París de 1990. 

Si bien este principio representa «la cuestión clave» que movió a Rusia a la hora de proponer sus proyectos de seguridad a Washington y a la Alianza Atlántica, la reacción de estos últimos al respecto también fue «negativa». «Nuestros colegas occidentales intentan no solo ignorar, sino enterrar este principio clave de derecho internacional acordado en el espacio euroatlántico», se lamentó.

No obstante, reveló que el secretario estadounidense de Estado coincidió en señalar que este asunto representa un «tema para seguir conversando» con Rusia.

«Intercambio sustantivo»

Desde el Departamento de Estado de EE.UU. comunicaron que Blinken y Lavrov abordaron la respuesta por escrito dada por Washington a los proyectos de garantías de seguridad propuestos por Rusia. Al mismo tiempo, el jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que su país está dispuesto a seguir adelante con «el intercambio sustantivo con Rusia en materia de preocupaciones de seguridad» y que planea realizarlo «en plena coordinación» con sus socios y aliados.

Previamente, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó que la conversación representará «su próximo paso en el marco de los esfuerzos diplomáticos» en torno a la situación en Ucrania.

Las garantías de seguridad

El pasado 17 de diciembre, Rusia publicó los proyectos de dos acuerdos que pretende alcanzar con EE.UU. y la OTAN en materia de garantías de seguridad en Europa. La iniciativa se produjo en medio de una escalada de tensiones en torno a Ucrania: Occidente acusa a Moscú de preparar una intervención en el país vecino, mientras que Rusia denuncia la militarización de Ucrania por parte la Organización del Tratado del Atlántico Norte y el refuerzo de la presencia militar de la Alianza en Europa del Este.

En particular, las propuestas, que constan de ocho artículos, estipulan que ambas partes deben actuar con base en los principios de seguridad indivisible y no provocar daños a la seguridad mutua; el segundo, que tanto Rusia como EE.UU. procuren que cualquier organización internacional, alianza militar o coalición en las que participe una de las partes, respete los principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas.

Otros puntos prevén excluir la expansión de la OTAN hacia el este, no admitir en esa alianza militar a países que fueron miembros de la URSS, no utilizar el territorio de otros Estados para atacar a la otra parte, no desplegar tropas y armamento en zonas donde eso sería percibido como una amenaza, no usar bombarderos pesados ni buques de guerra fuera del espacio aéreo y las aguas territoriales nacionales o internacionales, no desplegar misiles terrestres de alcance corto o medio fuera del territorio nacional o en áreas desde donde puedan alcanzar objetivos de la otra parte y, finalmente, no capacitar al personal militar ni a civiles de países no poseedores de armas nucleares en el uso de ellas.

La versión del eventual acuerdo con la OTAN consta de nueve artículos y es parecida al documento propuesto a Washington. Asimismo, las autoridades rusas insisten en que la Alianza retire todas las tropas y todo el equipo militar que han sido desplegados en territorio de los países que se adhirieron a esa organización después de 1997.

La respuesta de Washington

El pasado 26 de enero, Washington entregó al Ministerio de Exteriores ruso las respuestas por escrito a las propuestas de garantías de seguridad formuladas por Moscú. Poco después, Blinken y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, manifestaron que seguirán respaldando el principio de puertas abiertas de la Alianza. Blinken indicó que Washington continuará militarizando Ucrania, enviando asistentes y armamentos para reforzarla ante «la agresión rusa».

En reacción a las respuestas, Lavrov declaró que el texto no contiene una «reacción positiva» al tema más apremiante que reside en la no expansión de la OTAN hacia el este y el no despliegue por parte de armas de ataque que puedan amenazar a Rusia.