MET GALA 2023
Por: Ivan Acosta
Hola, ¿qué tal amigos!
Cada primer lunes de mayo la industria de la moda centra su foco en la capital del mundo, Nueva York, para dar lugar a la gala del Met tal y como la conocemos hoy, siendo el evento más importante en el calendario social de las celebridades y la cultura pop. Aunque la velada se celebra manteniendo sus objetivos principales de recaudar fondos para el Instituto del Traje, la fiesta celebrada en el museo más grande de Estados Unidos ha cambiado su significancia para quienes le siguen desde décadas atrás, convirtiéndose en un espacio sensacionalista liderado por figuras públicas que no podrían estar menos interesados en el museo y su valor artístico.
En el marco la Segunda Guerra Mundial, mientras el gobierno imponía reglas de confección y distribución textil, Irene Lewisohn y Aline Bernstein, diseñadoras de vestuario estadounidenses, expusieron la moda como una forma de arte que refleja cada aspecto sociocultural, buscando desarrollar una comprensión más profunda de las ideas artísticas e históricas que la sustentan, al crear el inicialmente llamado Museo del Traje, que se fusionaría con el Museo de Arte Metropolitano en 1946 para revolucionar completamente a la industria. No fue sino hasta dos años después que la Gala del Met abrió sus puertas por primera vez bajo la iniciativa de la publicista de moda, Eleanor Lambert.
La Gala pasó de ser un evento benéfico a una fiesta, concepto el cual Anna Wintour ha perpetuado desde 1995, cuando asumió su cargo de co presidencia en la recaudación anual hasta la actualidad. Las entradas que solo podrían permitirse los a listers son normalmente costeadas por diseñadores quienes la llenan de famosos que visten para la noche más grande de la industria. Sin embargo, Wintour es quien personalmente aprueba la lista de invitados que deben estar a la altura del evento. Así que sí, las puertas solo se abren para aquellos que son lo suficientemente relevantes e influyentes.
Cada año asisten tres tipos de personajes a esta alfombra roja: quienes siguen el tema en su literalidad, aquellos que llevan simbolismos hasta en el último botón y los que definitivamente no se tomaron la molestia de leer el código de vestimenta de la invitación. La gala no es una fiesta de disfraces en pleno mayo, como lo definiría el diseñador Tom Ford, quien todos los años parece usar el mismo traje de su propia colección diferenciado con el más mínimo detalle y creer que está haciendo una declaración.
Aunque muchos creyeron que la Edad de Oro podría resumirse en usar un corsé como las hermanas Hadid, o ir vestida de brillos como Kaia Gerber, quienes llevaron los simbolismos a otro nivel combinados de una visión a la vanguardia de las tendencias actuales fueron Bad Bunny, Evan Mock y Johnny Suh. El puertorriqueño puso pie en la alfombra con un vestido de inspiración sartorial, no solo con referencias al color clásico de Burberry, la casa que lo viste, sino uno de los tonos más destacados de la época dorada americana, además de los monóculos que fueron un completo statement para completar su traje.
Head of State definitivamente hizo una propuesta interesante, minimalista y moderna vistiendo a Evan Mock. Aunque el cuello no es realmente perteneciente a la época, el corsé característico de la mujer rompe con la heteronormatividad que se viene disolviendo en el siglo XXI y contrastando armónicamente los colores de su cabello y el traje.
Por otro lado, Johnny Suh, atribuyó a una de las causas principales del Instituto dando visibilidad a Peter Do, el diseñador emergente que lo vistió con la reinvención de un traje de 1800 de textura tipo satín.
Hasta la próxima amigos!