¿Venderla, exhibirla o destruirla? El dilema que enfrenta Uruguay por un águila de bronce que perteneció a un buque de guerra nazi

La pieza, que tiene una esvástica, fue recuperada en 2006, tras permanecer 67 años hundida.

Uruguay enfrenta un problema en relación con el destino final que le podría dar a un emblema de bronce que perteneció a un buque de guerra nazi, que fue recuperado del fondo del Río de la Plata.

Se trata de un águila que tiene una esvástica bajo sus garras y perteneció al Almirante Graf Spee, un sofisticado buque de guerra del Tercer Reich hundido en la bahía de Montevideo tras una batalla con naves británicas en 1939.

Fue la única batalla de la Segunda Guerra Mundial que se desarrolló en Suramérica. El Graf Spee, acorazado de bolsillo alemán de 10.000 toneladas botado en 1936, recorría el Atlántico sur cazando barcos aliados, cuando fue avistado el 13 de diciembre de 1939 frente al estuario del Río de la Plata, cerca de Punta del Este, por un grupo de búsqueda británico integrado por los cruceros Exeter, Ajax y Achilles.

Los tres barcos británicos atacaron. Días después, el Graf Spee fue hundido en la bahía de Montevideo por orden de su propio capitán, Hans Langsdorff, quien luego se suicidó.

Del rescate a la Justicia

En 2006, luego de 67 años del hundimiento, una expedición de una empresa privada uruguaya recuperó el águila de bronce que aún estaba en el buque.

Quienes rescataron la pieza, entre ellos el empresario Alfredo Etchegaray, querían subastarla; no obstante, las autoridades de la época lo impidieron, por temor a atraer a simpatizantes del nazismo.

En principio, el águila se exhibió en un hotel de Montevideo, pero luego fue trasladada a un recinto militar, donde está bajo custodia de la Armada de Uruguay.

Posteriormente, el caso pasó a la Justicia. En junio de 2019, la jueza Gabriela Rodríguez Marichal ordenó al Estado uruguayo vender el águila nazi y repartir a medias las ganancias con los empresarios que organizaron el rescate de esa pieza. En diciembre pasado, un tribunal de apelaciones de Uruguay ratificó el fallo.

¿Qué hacer con la pieza?

Sin embargo, tras 16 años del rescate, el destino final de este símbolo del nazismo aún no tiene claridad.

En declaraciones al diario Correo de Punta del Este, Etchegaray ha apuntado a que el águila de bronce pueda constituirse en un homenaje a jóvenes judíos que fueron masacrados en el marco del Holocausto.

De acuerdo con el medio, Etchegaray ofreció hace tiempo atrás la pieza a los directivos del Museo del Holocausto, conocido como Yad Vashem, pero los responsables de esa institución rechazaron la oferta.

Daniel Sielecky, un renombrado empresario argentino radicado en Uruguay, manifestó al mismo medio su intención de comprar el águila, con el objetivo de destruirla.

«Una vez que la tenga en mi poder, de inmediato, la haré volar en mil pedazos«, señaló Sielecky, indicando que «cada trozo que resulte de la explosión será pulverizado, no quedará nada».

El empresario expresó su preocupación porque esta pieza caiga en manos equivocadas y se convierta en un objeto de culto que atraiga a dementes simpatizantes del nazismo, como ya han advertido varias organizaciones, entre ellas el Centro Simón Wiesenthal, institución dedicada a documentar las víctimas del Holocausto y levantar registros de los criminales de guerra nazis.