Benjamin Netanyahu, a un paso de regresar al poder en Israel

El ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se acerca este jueves a su objetivo de lograr una mayoría para gobernar con sus aliados religiosos y de la extrema derecha, pese al juicio por corrupción que pesa en su contra.

(Lea aquí: Israel: Netanyahu se impone en elecciones legislativas, ¿conseguirá la mayoría?)

Después de las legislativas del martes, las cadenas de noticias israelíes otorgan al partido de Netanyahu, el Likud, y sus aliados ultraortodoxos y de la lista de derecha Sionismo Religioso un total de 62 escaños, uno más del requerido para tener la mayoría en el parlamento de 120 representantes.

(Vea también: Netanyahu gana elecciones en Israel con mayoría para gobernar, según sondeos)

La Comisión Electoral comenzó a desvelar a cuentagotas los primeros resultados que confirman esta tendencia, sin dar aún una sentencia definitiva. El jueves en la mañana, con un 95,7 % de los votos escrutados, el «bloque de derecha» de Netanyahu sumaba 65 parlamentarios, con 32 escaños para el Likud, 19 para los partidos ortodoxos y un récord de 14 representantes de la extrema derecha, lo que según los analistas podría constituir el gobierno más a la derecha de la historia del país.

Este jueves, cuatro palestinos murieron a manos de las fuerzas israelíes en Cisjordania y en Jerusalén, entre ellos el autor de un ataque y un combatiente, en un contexto de estallidos de violencia.

«Ya es hora de volver a traer seguridad a las calles, de restablecer el orden, de mostrar quien manda, ya es hora de matar a un terrorista que lleva a cabo un ataque» aseguró el líder de extrema derecha Itamar Ben Gvir. El gobierno Lapid «llega a su final» agregó.

Vista de las elecciones en Israel.

Foto:

EFE/EPA/ATEF SAFADI

Situación precaria

El primer ministro saliente, Yair Lapid, líder de la formación centrista Yesh Atid, podría sumar 24 parlamentarios y la formación aliada de centro-derecha dirigida por Benny Gantz un total de 12 representantes, con nueve elegidos de otras dos formaciones y diez de los partidos árabes.

Según el sistema proporcional que rige en Israel, los partidos deben obtener un mínimo del 3,25 % de los votos para acceder al Parlamento, con un mínimo de cuatro escaños.

Dos pequeños partidos hostiles a Netanyahu, la formación de izquierda Meretz y el partido árabe Balad obtendrían un 3,15 % y 2,9 7% respectivamente, con lo que su destino queda en manos de los últimos votos en ser contados, que suelen ser los de los militares y de los trabajadores del sistema de salud.

Un indicio de la precaria situación del primer ministro saliente es que Lapid anuló el miércoles su participación en la Conferencia de la ONU del Clima COP27, en Egipto. Lapid logró forjar el año pasado una coalición diversa para desalojar a Netanyahu, el primer ministro que más años ha estado al frente del Gobierno del país (1996-1999 y 2009-2021).

Netanyahu se aferró a la primera línea de la política y lejos de abdicar como hubieran querido sus opositores, se empeñó en su rol de líder de la oposición con el objetivo de volver al poder y podría intentar que el Parlamento vote a favor de darle inmunidad y anular el proceso por corrupción en su contra que se reanuda el lunes.

Una vez que se conozcan los resultados definitivos, corresponde al presidente de Israel, que tiene un rol principalmente simbólico, Isaac Herzog, encargar al líder político más posibilidades de formar gobierno que pase a la acción. Entonces, se abre un plazo de 42 días para formar un gobierno.

Pero, según la prensa israelí, el bando de Netanyahu no esperó tener luz verde de manera formal y el exprimer ministro encargó a Yariv Levin, uno de sus aliados más cercanos, que inicie unas conversaciones que se anuncian complejas, especialmente con la formación Sionismo Religioso.

El jefe de este partido, Bezalel Smotrich, ya indicó que quiere la cartera de Defensa y de Seguridad pública, dos puestos claves del gobierno en un momento en el que el conflicto entre israelíes y palestinos registra un pico de violencia no visto en siete años.

Estos nombramientos en estos puestos clave podrían ser «bochornosos en el concierto internacional», afirmó el analista palestino Khaldoun Barghouti. Yossi Klein Halev, un investigador del Instituto Shalom Hartman de Jerusalén auguró a AFP que «Netanyahu tendrá dificultades en controlar a sus nuevos socios».

Por su parte, el Departamento de Estado dijo que no quiere «especular» sobre un gobierno, pero afirmó que espera que «todos los altos cargos israelíes van a seguir compartiendo los valores de una sociedad abierta, democrática y tolerante con respeto a la sociedad civil, en especial a los grupos minoritarios».

AFP